Los adolescentes españoles en edad escolar sufren más problemas de salud mental, principalmente ansiedad y depresión, cinco puntos por encima de la media europea. Al inicio de la pandemia aumentaron las crisis de ansiedad, los pensamientos autolesivos, los casos de depresión, los trastornos de la alimentación, también se incrementaron los conflictos familiares, y con la vuelta a las aulas cada uno de los problemas anteriores continúa manifestándose.
Cómo orientadores y docentes, dentro y fuera de los centros escolares, podemos ayudar al alumnado adolescente a mejorar su bienestar. En primer lugar, autoevaluando nuestro propio bienestar y salud mental. En el descubrimiento de nosotros mismos o AUTOCONOCIMIENTO, comenzar haciendo un análisis detallado de nuestras preocupaciones, miedos, emociones, pensamientos… En este trabajo personal, también vamos a evaluar el conflicto, ¿cómo nos afecta?, ¿qué emociones, pensamientos, recuerdos, prejuicios,… vuelven a aparecer ante los conflcitos en el contexto escolar?.
Para poder abordar los conflictos de los adolescentes tenemos que comenzar por el proceso de conocimiento de las emociones:
- La pieza fundamental para conocer las emociones de los demás, es conocer las propias emociones.
- Conocer las propias emociones te lleva al Autoconocimiento.
- Reconocer las emociones en los demás nos acerca a la Empatía.
La empatía es comprender al otro. Para comprender a los demás, hace falta escuchar de manera activa, sin juzgar, ni censurar, sin prisa por que acabe de hablar para dar tu opinión o criticar su conducta. La crítica y las prisas no ayudan a los adolescentes a mejorar su estado de ánimo, ni a cambiar su pensamiento. A los adultos nos faltan habilidades para aprender a asimilar lo que los estudiantes nos quieren contar. Seguramente en ocasiones no estaremos preparados para escuchar lo que nos piden, o nos de miedo tratar el tema, pero hay que estar, hay que acompañar, cuanto más difícil sea el problema más veces tendremos que intentar abordarlo. Es habitual que a la primera no seamos capaces de escuchar activamente pero con la práctica se consigue. A patir de escuchar el problema que los adolescentes nos quieren transmitir, lo siguiente será decidir si somos capaces de ayudarles o necesitamos contar con la experiencia de otro profesional especializado. Depende de tí, tú decides.