Se ha demostrado que entrenar a las personas con desórdenes emocionales en el manejo de sus emociones es más rentable y eficaz que tratar sus síntomas emocionales con psicofármacos, que es lo que se hace habitualmente en Atención Primaria.
La inteligencia emocional ha supuesto una línea de investigación importante dentro del campo de la regulación emocional. Los problemas emocionales surgen con relativa frecuencia en una sociedad que goza de más posibilidades, pero no de más tiempo. Así por ejemplo, en el contexto de Atención Primaria de la salud uno de cada dos pacientes tienen síntomas emocionales propios de un desorden emocional, como los síntomas y trastornos de ansiedad, los síntomas y trastornos depresivos, o bien las somatizaciones.
Las personas pueden adquirir las habilidades emocionales, es cuestión de entrenamiento. Las investigaciones han demostrado que las personas con mayor inteligencia emocional tienen mejor salud, menos síntomas y desórdenes emocionales. Por lo tanto, la inteligencia emocional puede ayudar a prevenir y reducir la prevalencia de los desórdenes emocionales.
El actual tratamiento que se sigue preferentemente en el contexto de Atención Primaria y en buena medida en Atención Especializada de Salud Mental, de tipo farmacológico, conduce a un despilfarro de nuestros recursos, así como a la cronicidad de unos trastornos que se pueden curar con técnicas cognitivo-conductuales y que se pueden prevenir con entrenamiento en inteligencia emocional.
Existe evidencia al afirmar que los problemas emocionales en Atención Primaria deben ser atendidos en primer lugar con información, autoayuda, y otros recursos de psicoeducación. Si esto no fuese suficiente, además es necesario entrenar en habilidades de manejo de emociones, como el entrenamiento en inteligencia emocional, así como con técnicas psicológicas de tipo cognitivo-conductual, en especial restructuración cognitiva, relajación y entrenamiento conductual.
Las personas con desórdenes emocionales tienden a magnificar sus problemas y a darles vueltas continuamente. Esto provoca un aumento constante de síntomas que lleva a desarrollar trastornos emocionales. Las técnicas cognitiva-conductuales enseñan a los pacientes a corregir estos errores y a manejar mejor su ansiedad y sus emociones en general.
Para terminar, es tarea de los profesionales que se difunda la información sobre los resultados de la terapia cognitivo-conductual aplicada a los problemas emocionales, también en el contexto de Atención Primaria, en lugar de recurrir a los tranquilizantes, los somníferos y los antidepresivos. En España tenemos un problema de abuso de este tipo de fármacos. Ya es hora de concienciar a la sociedad de que hay soluciones más adecuadas. Si queremos ser eficaces y eficientes en el manejo de problemas emocionales tenemos que recurrir a la psicoeducación y al entrenamiento de habilidades.
Fuente: Infocop
Bravo¡¡¡ buena noticia¡¡¡¡ ahora toca potenciar la inteligencia emocional, pero de verdad¡¡¡