Sophie es una niña alegre, inteligente y sociable. En la primera sesión me trasmitió su preocupación, sus padres se habían divorciado. No sabía muy bien cómo reaccionar ante la nueva situación. Su padre había comenzado una relación de pareja. Sophie ese mismo fin de semana acababa de conocer a la “madrastra” y sus 3 hijos, Javert, Charles y Adrient.
Jesús y Carmen, perdieron a su madre cuando eran niños. Desde entonces su padre les ha acompañado, educado y cuidado. En la actualidad, Carmen estudia en otra ciudad, Jesús vive con su padre Fréderic. Desde que hace un año Fréderic conoció a Mary, la relación con sus hijos ha cambiado, se han distanciado emocionalmente. Fréderic tiene dudas sobre cómo manejar la situación, sobre todo ahora que ha decidido comenzar a convivir con Mary.
¿Qué tienen en común estas familias? Comparten características comunes a las NUEVAS ESTRUCTURAS FAMILIARES en las que se van a transformar.
Hay que tener en cuenta que la familia de origen precede a la pareja y en ocasiones prevalece el modelo de familia tradicional como un modelo de referencia válido.
La nueva relación de pareja comparte espacio y tiempo con los miembros de la familia de origen, y no goza de etapa propia, espacio y tiempo en exclusividad. En ocasiones, corre peligro la identidad de la pareja. Si no se ha forjado una relación sólida para hacer frente a diferentes focos de atención, un miembro de la pareja puede experimentar sensación de malestar por esta nueva vivencia familiar. Los resultados sobre la consolidación de la nueva relación, hacen referencia a las diferentes fuentes de estrés relacionadas con la formación de un nuevo sistema familiar y su repercusión. En muchos de los casos, hasta los 7 años no terminan de consolidarse las nuevas relaciones.
A Sophie le preocupaba cómo llamar a sus nuevos hermanos, y encontró un término alternativo, menos negativo, para ella, que el de hermanastro. Había detrás de este término un conflicto de lealtades que Sophie supo comprender.
Fréderic optó por explicarles a sus hijos lo importante que era Mary en su vida, contando otra versión del cuento de la “madrastra”. La intervención terapéutica familiar comenzó indagando en los miedos que estaban detrás de esa “no aceptación” de la nueva pareja. Fréderic y Mary, los dos miembros de la pareja, tenían claro los límites y normas que querían establecer al formar la nueva estructura familiar, esto facilitó la recuperación de la relación de Fréderic con Jesús y Carmen.