Fue la frase de Eva, al terminar la sesión de terapia, la que pone título a estas líneas. Convencida de lo que quería cambiar y como conclusión a lo que habíamos tratado en las tres sesiones anteriores, Eva se refirió a la insatisfacción en la vida de pareja como una parte más de la insatisfacción individual. Las condiciones de vida actuales limitan, en gran medida, las redes de reforzamiento social. Es decir, no existe tiempo para compartir momentos de diversión con los amigos, la familia, los compañeros… En algunas parejas, la red de personas que proporcionan afecto, elogios o admiración, se reduce al otro miembro de la pareja, en estos casos, pasan a ser casi exclusivamente dependientes del reforzamiento social del otro.
En estas parejas la dependencia se manifiesta en demandas de atención y afecto, con carácter inmediato. Si las continuas peticiones no encuentran la vía de ser satisfechas pueden convertirse en incesantes reproches que llegan a desencadenar el conflicto o agravarlo si ya existe. El tiempo de ocio dedicado a las redes sociales o la televisión reducen los momentos para compartir y disfrutar de actividades que fortalecen el vínculo afectivo en la pareja. La comunicación a través de mensajes de texto, cuando el texto carece de las señales emocionales que aporta el lenguaje no verbal, en ocasiones, da lugar a la interpretación errónea de las palabras escritas y contribuye a avivar el conflicto.
Las personas que restringen las oportunidades de contacto y refuerzo social, llegando a aislarse del entorno, se vuelven más dependientes de la atención y refuerzo afectivo del otro miembro de la pareja. Debido al aislamiento social y a la falta de confianza en que el otro cumpla las expectativas de dedicación y cuidado exclusivo, estas personas pueden presentar determinados cuadros depresivos. En muchos casos, estos síntomas depresivos se resuelven tras la toma de contacto con amigos, el inicio de una actividad o un trabajo que les proporciona mayores oportunidades de encontrar el refuerzo social necesario.
El conflicto en la pareja está en función directa de los reforzadores positivos intercambiados entre ellos. Una pareja enamorada manifiesta un mayor intercambio de conductas agradables que refuerzan el mantenimiento de la relación. Las parejas con problemas entran en una dinámica de manifestaciones poco adecuadas para el buen funcionamiento de la convivencia. Utilizan la crítica, el chantaje, las amenazas para intentar transformar al otro. Pretenden que la situación cambie a través del control, en su lugar, lo que esto provoca en el otro es el alejamiento, la evitación o el enfrentamiento.
Las parejas en situación de conflicto muestran peores habilidades de comunicación y su capacidad para manejar sus problemas de modo efectivo disminuye. Esto no significa que carezcan de estas habilidades, lo que demuestra es la imposibilidad de manejar una situación desborda por las emociones. La falta de entendimiento, la incomunicación, la evitación, la interpretación errónea de lo sucedido, falta de habilidades para llegar a acuerdos.., son los componentes que impiden intercambiar mensajes recíprocos adecuados.
Como en todas las relaciones entre personas, los comportamientos de los miembros de la pareja son interdependientes, es decir, que la conducta de uno está en función de la del otro. Además del entorno ambiental y el contexto socio-cultural en el que suceden las relaciones interpersonales, hay que hacer referencia al mundo percibido, a la interpretación que ambos miembros de la pareja hacen de la conducta del otro, las expectativas, la valoración respecto a la experiencia previa, la focalización de la atención según los intereses…
La expectativa de encontrar en el otro la satisfacción de las necesidades y deseos no alcanzados por ellos mismos genera a la larga decepción y falta de confianza en la pareja. Darse cuenta de que el otro no es el culpable de los fracasos o del conflicto generado en la relación de pareja, forma parte de las estrategias que hacen que la terapia de pareja sea un recurso efectivo para solucionar los problemas.