Entre los conflictos familiares, el divorcio es considerado por algunos autores como un factor estresante y potencialmente responsable del desajuste psicológico y del deterioro de la salud física de los adultos y de los niños. Durante muchos años, se ha tendido a considerar que el divorcio suponía una situación traumática que tenia consecuencias negativas en la evolución y desarrollo de los niños. Sin embargo, diferentes estudios evidencian que el impacto de los efectos del divorcio obedece a la forma que las parejas tienen a la hora de afrontar la ruptura y no en el divorcio propiamente dicho. Estos estudios revisados informan que los hijos de padres divorciados que no se encuentran expuestos a conflictividad presentan mejores niveles de ajuste a largo plazo que los niños cuyos padres permanecen juntos en una convivencia con alto nivel de conflictividad.
El desajuste en el desarrollo de los niños no es provocado por el divorcio en sí, sino por otros factores de riesgo asociados, como los conflictos entre los padres. Numerosos estudios han demostrado que una buena resolución de conflictos de los padres y la claridad sobre los roles y los límites están asociados con una mejor adaptación del niño.
En el proceso de toma de decisiones, cuando la pareja se rompe o cuando después del divorcio continúa la disputa, resulta muy adecuada la presencia de un tercero, el mediador, que aporte claridad a la confusión emocional de quienes desean acabar de la mejor manera posible esta etapa de su vida.
Las manifestaciones recogidas por las parejas que han utilizado la mediación valoran altamente su uso. Estas parejas alcanzan un mayor bienestar emocional, que aquellas que se separan atendidas mediante un recuso legal. Esto pone de manifiesto que en ocasiones es más importante la atención emocional que la meramente legal. Las ventajas más destacadas, entre los que se separaron por este método pacífico de resolución de conflictos, se refieren al beneficio de encontrar a una persona imparcial, el mediador, para disminuir el conflicto, equilibrar las emociones y ayudarles a mantener la comunicación y el contacto con los hijos.
Las sugerencias que estas parejas hacen a las personas que están pasando por el impacto de la ruptura es que recurran a la mediación porque la experiencia de ellas ha sido extraordinaria usando esta medida. Aconsejan separarse pacíficamente por el bienestar de la familia, sin olvidar la repercusión que supone la ruptura en los abuelos, tíos, hermanos, sobrinos, y también en los amigos. “La mediación ha hecho que no aparezcan situaciones de tensión que, con el alto nivel emocional, podría haber hecho cosas que luego te arrepientas”.