Insomnio y depresión

Los trastornos del sueño constituyen un problema epidémico global que además de importantes repercusiones económicas tienen una negativa implicación en la salud y calidad de vida.

Los trastornos del sueño y, de forma particular el insomnio, son motivo de consulta frecuente en medicina general, psiquiatría, neurología, neumología y psicología. Un buen número de las demandas por este cuadro clínico se resuelven con tratamiento psicológico.

El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente. Las personas mayores tienen mayor riesgo de padecerlo. Lo primero que debemos saber son las dos funciones fundamentales del sueño: proporcionar el descanso de todos los órganos del cuerpo y  permitir al cerebro que organice toda la información recibida durante el día.

 

Otra cuestión importante sobre el sueño es la relacionada con las horas que se debe dormir. Esto dependerá de la etapa evolutiva en la que la persona se encuentre. En la etapa adulta, es recomendable dormir más de 6 horas para poder completar los ciclos del sueño.

En el insomnio se diferencian 3 tipos. La mayor parte de los pacientes consultan por la incapacidad de conciliar el sueño. También es frecuente en algunos pacientes los despertares frecuentes durante toda la noche. Y por último, el despertar temprano. El insomnio puede tener dos causas: primaria y secundaria. Esta última es la más común, el insomnio debido a enfermedades orgánicas o mentales.

El insomnio es una de las características de dos trastornos psicológicos: la depresión y la ansiedad. Las personas que manifistan signos de depresión presentan dificultades, bien sea, por somnolencia o por dificultad para dormir.

La somnolencia no permite tener un sueño reparador aunque se duerma todo el día. El cerebro no coordina bien los ciclos del sueño.

La depresión es una de las enfermedades que más afectan la calidad y cantidad del sueño. Los pacientes que consultan al especialista en medicina general porque no duermen bien, terminan derivados a una unidad de psiquiatría o psicología con un diagnóstico de depresión. Estos pacientes informan que están irritables, con falta de ánimo, apatía, tristeza, decaimiento y, en ocasiones, pérdida del deseo de vivir. Estos síntomas aparecen antes del trastorno del sueño, y el insomnio va aumentando los síntomas depresivos.

Si el trastorno del sueño está causado por la depresión, hay que tratar los dos. Al tratar la depresión, mejora el insomnio. El tratamiento psicológico de las patologías del sueño resulta el tratamiento de elección puesto que permite que los los síntomas más agudos remitan y, de este modo, mejora la calidad de vida de los pacientes.